lunes, 21 de enero de 2013

La Liberta de Facebook


La Libertad de Facebook

Por Roberto A. San Martin.
Facebook me censura una reseña periodística que hice a una canción de Ricardo Arjona y no me permite que actúe para manifestar mi desacuerdo con su acción.  Pero, como todavía esta página es mía y esta abierta aquí está el texto que yo escribí y que LA MAQUINARIA de Facebook censuró, porque no creo que esto haya sido obra de ninguna de las personas que trabajan en esta empresa.
        Esto fue lo que escribí:

La Habana en una canción y un suspiro

Por: Roberto A. San Martín

Siempre en el corazón de cada cubano, donde quiere que esté ubicado el dueño de ese corazón, el nombre de esta canción le traerá olor a malecón y muchos recuerdos de un primer novio o novia, y el aroma esencia del asfalto mezclado al salitre del mar. Porque no hay que haber nacido en esa ciudad para quererla. Basta conque la sangre africana, española, o china -cualquiera de ellas, o cualquier mezcla entre dos de ellas, o entre todas, o una tan lejana y absoluta que no sepamos cuál es la mixtura con que se formó, aunque seamos conscientes, y eso baste, para reconocer que esa sabia mezclada comenzó a recorrer nuestro cuerpo siguiendo los rítmicos golpes marcados por nuestro corazón recién nacido en la mayor de Las Antillas.
Ese simple suceso es suficiente para que el nombre de esta ciudad -a la que hoy le canta un guatemalteco- hagamos alto un sólo instante mínimo, y escuchemos el silencio absoluto de nuestro músculo cardiaco detenido, y lo escuchemos recomenzar a andar a tropezones, repitiendo su nombre entre los más recónditos recuerdos que nos hemos ocultado buscando que el olvido nos rescate de la nostalgia por sus violentos atardeceres encendidos con increibles colores, pero que siguen enredados en nuestras raíces, pese a querer olvidarlos de una vez, porque sabemos que puede suceder que detenidos entre la niebla que cubren esas memorias, también se pierda el corazón entre sus callejuelas y detenga su andar como a veces sucede a quienes, como yo, fuimos uno entre sus amantes, cuando nos asome una lágrima furtiva que busca el imposible de no ser descubierta para que nadie sepa que la amo a pesar de no estar. La amo como un adolescente, olvidando mis canas, y lo hago aunque sé que no es mía. Ni de nadie. Porque siempre ha tenido millones de amantes escondidos como yo, sin sentir la vergüenza de un amor compartido.
Ahora que la pienso de nuevo, veo que la sigo amando mientras su imagen se hace cada vez más la imagen de una desconocida, para aquellos que recorren sus calles y sus parques -por donde anduve yo- pero que nunca podrán percibirla como yo la vi y no sabrían que es esa misma ciudad suya de cada día, si pudieran mirar dentro de mi alma y verla como yo en mis recuerdos.
A todos los amantes furtivos de esa ciudad mágica que se niega a morir pese a que hace más de medio siglo solo buscan matarla, a todos -aunque no hayan nacido allí- les dejo la canción y sus recuerdos de los lugares que el tiempo y la desidia han destruido mejor de lo que lo hubiera logrado un ejército enemigo,
Sé que en cada uno de nosotros -en Hialeah, en Marruecos, en Madrid, en Ciudad Guatemala, en París, en Moscú, en Miami, o para quienes tiene mi edad, incluso en La Habana- esos barios que vivimos siguen vivos como eran, siguen siendo brillantes esas calles y parque como cuando corríamos por ellas bajo el sol despiadado de sus mediodías.
Y les dejo un consejo: escondan las ojos para que nadie confunda el dolor que produce el saber que no volveremos a encontrarnos con ella, con la debilidad de los cobardes que no han sabido amarla -ni a su pueblo en cualquier orilla de El Puente que esté- como se merecen.
Les dejo mi ciudad en la esperanza que siembra esta canción que aquí les dejo.

S.M. -Un hombre que amado a "una que ha tenido millones de amantes" y se los perdona.
Un cubano que recuerda, hoy más que nunca, que José Martí (El Apostol de la libertad de Cuba- fue consul de Guatemala en Nueva York, quizás con menos años que el guatemalteco que creó esta canción, pero sabiendo, como Ricardo Arjona, que la Nación y La Cultura duran más que cualquier política, partido, gobierno, o ideología -de cualquier signo que sea- y que ninguna de esas abstracciones son tan reales como un ser humano, que, piense como piense, tiene todos los derechos que tiene por el sólo hecho de serlo.

CONTINUACION DEL BERRINCHE:
  Y a esta altura de la página puse la canción en cuestión para que mis lectores conocieran por qué hablaba así de la obra musical y de su autor. Y entonces  LAS DESCONOCIDAS MAQUINAS DE FACEBOOK censuraron todo lo que YO había escrito. Pero, como FB no es dueña absoluta de la NADA y mucho menos de FB y sus MAQUINAS NO PUEDEN SILENCIARNOS sin que nos revelemos, aquí
les dejo la canción en su Video Oficial para que lo disfruten y comenten.

http://youtu.be/kN7esohqUA4
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Canción Cortesía: Ël Puente es propiedad de Ricardo Arjona quien tiene todos sus derechos y aquí sólo es utilizada como bien cultural y social y por sus valores humanos, sin ninguna otra intención y sin fines de lucro.

Gracias, Ricardo Arjona, y ojalá que un día la magia del amor que encierra tu canción permita la creación de El Puente que existe de hecho- en el alma de cada Cubano donde quiera que esté.
Roberto A. San Martín  — con RICARDO ARJONA (oficial) en Video de cortesía y sin fines de lucro. Gracias a Arjona por esta canción.

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